¿Es la educación y, más específicamente, las iniciativas de alfabetización de datos en la educación superior, un instrumento apropiado para promover la justicia social en un contexto de dataficación?
Salió publicado un reciente artículo mío en el cuál exploro formas de responder a esa pregunta.
Me hice esta pregunta a partir de mi lectura del trabajo de Martha Nussbaum, filósofa y estudiosa de los derechos humanos a la que volví por curiosidad, a través de una serie de artículos y libros que han ido elaborando cómo aplicar su teoría del desarrollo humano equitativo desde la educación. De hecho, la Nussbaum, trabajando por muchos años desde la India para las Naciones Unidas y desarrollando su pensamiento en relación a la teoría económica de Amartya Sen, se ocupó muy específicamente de pensar la necesidad de desarrollar las capacidades humanas para expresar todo lo que una persona es y puede ser en su contexto. Este enfoque va claramente más allá de una idea de desarrollo humano como un alcance rígido de habilidades pre-establecidas e identificadas como “las mejores/más altas posibles”.
Su teoría de la justicia social se basa sobre el principio básico de que
“… la idea de justicia social está intrínsecamente ligada con al menos una mínima sensibilidad (la capacidad de experimentar dolor, especialmente) y con la capacidad de lucha y algún tipo de agencia …”
Martha Nussbaum, Creating Capabilities. The Human Development Approach; Harvard University Press: Cambridge, MA, USA, 2011, p.185 [Google Scholar],
Esta expresión que aparece tan simple encierra elementos cruciales. La Nussbaum señala el hecho de estar vivo y el hecho de tener un rumbo único para la propia vida, pero también el de cultivar continuamente capacidades para dotarse de cuanto sea necesario para ir en esa dirección deseada, en un contexto de vida específico.
Al relacionar este concepto con el desarrollo sin precedentes de la tecno-estructura digital, se me ocurrió que el debate de la inequidad ya ha recorrido un buen camino también allí, tapizado de mensajes voluntaristas donde más abundancia de digital, nos va a dar más posibilidades de desarrollo. La ecuación podría ser simple: si la abundancia digital nos otorga instrumentos y espacios de desarrollo, entonces podría realizar parcialmente el objetivo de generar justicia social tal y como la concibe la Nussbaum.
Sin embargo, ya hay varias contra-argumentaciones en relación a estas afirmaciones, bien establecidas en los estudios críticos de la tecnología. El traer a la luz la brecha digital ha sido uno de los primeros esfuerzos por mostrar la injusticia en el acceso a los recursos necesarios para desarrollarse [26]. La siguiente ola de disponibilidad de recursos abiertos y digitales, se consideró inicialmente como una promesa de acceso y crecimiento para todos, pero luego se impugnó [27]. Los casos de Open Educational Resources y Massive Open Online Courses (MOOC) fueron particularmente flagrantes: lanzados con énfasis en el potencial de tales enfoques que ofrecen oportunidades para todos, las investigaciones empíricas y revisiones críticas de literatura fueron demostrando escollos: como por ejemplo, como los hombres blancos, angloparlantes, estudiantes bien educados fueron los usuarios más beneficiados de estos recursos abiertos [28].
Más recientemente, la crisis del COVID19 puso en evidencia esta situación: mientras la clase media, los trabajadores del conocimiento y los ciudadanos se protegían adoptando rápidamente todas las facilidades digitales, los más pobres quedaron aún más excluidos de servicios básicos como la educación por la falta de infraestructuras tecnológicas (dispositivos y conexión ) o la falta de habilidades para hacer frente a las diversas formas de conectividad impuestas por la pandemia (como la educación en el hogar). También estaban más expuestos a un riesgo concreto de enfermedad debido a su papel de “trabajadores esenciales” (tener que ir a trabajar físicamente) [29]: el trabajo tecnológico, de knowledge worker, no es para todos.
Se ha insistido frecuentemente también en que la educación es un buen medio para acceder a la digitalidad , a este mundo abundante que encierra numerosas posibilidades, según la narrativa dominante.
Sin embargo, la educación ha estado en el ojo de la tormenta ya desde los años ’60 como herramienta de transformación social: otra vez, los estudios de la sociología, la etnografía educativa, la socio-lingüística, han traído a la luz las inequidades del sistema. La reproducción del status quo en las clases sociales que llegan con un lenguaje, con habitus (modos de comportarse), con conocimientos previos, que se alinean bien con el lenguaje, habitus, y conocimientos del mundo escolar y académico. Este último rechaza aquello que no es igual a sí mismo, y en buena parte se trata de los conocimientos de las clases populares, de pueblos indígenas, de quien habla idiomas diferentes.
Me pregunté entonces si la alfabetización en datos podía ser una buena respuesta en relación al drama de la datificación, ese fenómeno que se insinúa hoy en la web en la que navegamos, las apps a través de las cuáles hacemos tantas cosas, y fundamentalmente las redes sociales a través de las cuáles nos relacionamos y nos entretenemos. Ya he hablado mucho de cómo la datificación aparece, se desarrolla y se muestra en la sociedad y en las instituciones educativas (por ejemplo aquí sobre el atravesamiento cultural de los datos aquí sobre las nuevas formas de alfabetización que necesitaremos para vivir un mundo datificado y aquí sobre la trampa de la estética en la visualización de datos).
La datificación, crea innegablemente una nueva brecha entre élites de data scientists y aquellos cuyos datos son extraídos y mercantilizados.
Siguiendo a Martha Nussbaum, en la medida en que las personas no sean capaces de comprender y usar los datos producidos en favor de su propio desarrollo humano, la datificación será social y culturalmente injusta. Ello nos lleva a plantea la pregunta: ¿Qué salidas, hacia la equidad y la justicia social, podemos encontrar, en un mundo datificado?
Claro que no tengo muchos medios para responder esa pregunta, puedo sólo hacerlo desde mi campo disciplinar, la educación. Y es en ello que me concentro, a través del análisis de nueve iniciativas que, cuidadosamente seleccionadas a través de un procedimiento de rastreo en artículos científicos, he identificado como primeros esfuerzos en la dirección de trabajar en la investigación y la práctica educativa, el problema de la datificación. Cada uno de los proyectos monitoreados busca respuestas y sobre todo formas de contraste, de acción, de compromiso con dicho problema. Sin embargo, ¿llegan a responder a una verdadera promoción de la justicia social?
En la tabla 1 que sigue, van los proyectos/iniciativas identificadas, y en la tabla 2, los enfoques sobre la promoción de la justicia social, que según mi evaluación, quedan cubiertos. En esta segunda tabla, los proyectos se hallan agrupados en relación a las “dimensiones” de la alfabetización en datos que cubren.
Nombre de la iniciativa | URL | Cuándo | Dónde | Qué (enfoque educativo) |
I1- Teaching Models and Open Data | https://idatosabiertos.org/en/investigaciones-2/modelo-docente-y-datos-abiertos/ | 2016 Sin continuidad clara | Global | Educación medial, aprendizaje formal e informal |
I2- Data Therapy | https://datatherapy.org/ | 2011 – Actual | US | Educación medial, aprendizaje no-formal e informal |
I3- Digital Data & Society Consortium | https://digitaldatasociety.wordpress.com/ | 2016-2017 Sin continuidad clara | Australia | Educación medial, aprendizaje no-formal e informal |
I4- Data Pop Alliance Training. | https://datapopalliance.org/dataliteracy/ | 2012-2013 Actual | Global | Educación medial y desarrollo de profesorado |
I5- Big Data from the South | https://data-activism.net/big-data-from-the-south/ | 2017- Actual | Western North/South | Activismo político, aprendizaje informal |
I6- Exploring Data Worlds at the Public Library: A Youth Data Literacy Project | https://www.youthdataliteracy.info/ | 2016- Actual | US | Aprendizaje Informal |
I7- Data Society | https://www.de.ed.ac.uk/data-society | 2018- Actual | UK | Desarrollo de Profesorado |
I8- SHEILA project | https://sheilaproject.eu/ | 2016-2018 | Europe | Tecnología Educativa Desarrollo de Profesorado |
I9- Stanford Students Data Carol Project | http://gsd.su.domains/ | 2016, Sin continuidad clara | US | Tecnología Educativa, Estrategia Institucional, Desarrollo de Profesorado Faculty Development |
DIMENSIÓN | Visión | Instrumentos | Métodos de Desarrollo Docente | Perspectivas sobre la Justicia Social |
DIMENSIÓN 1: I1 (Modelos de enseñanza y datos abiertos) | Datos abiertos como recursos educativos abiertos | Recursos para el diseño del aprendizaje y la exploración de datos abiertos, uniendo espacios formales e informales para el aprendizaje | Talleres institucionales | Acceso y apropiación de datos como recurso público. |
DIMENSIÓN 2: I2 (Terapia de datos) I3 (Consorcio Sociedad y Datos Digitales); I4 (Data Pop Alliance); I6 (Exploración de mundos de datos en la biblioteca pública: un proyecto de alfabetización de datos para jóvenes) I7 (Sociedad de datos); | Datos en la sociedad, en plataformas públicas y privadas. | Información hacia la sociedad basada en investigaciones y recursos seleccionados para intervenir en la sensibilización. Conectando espacios formales, no formales e informales para elarning | Talleres presenciales, actividades de aprendizaje en línea, videos, seminarios web para el aprendizaje a su propio ritmo. | Ampliar el conocimiento y la conciencia para enfrentar el problema de la vigilancia de datos y las malas prácticas en el uso de datos. |
DIMENSIÓN 3: I5, (Big Data del Sur) | Datos desde una perspectiva poscolonial en la relación Norte-Sur | Información basada en investigaciones para aumentar la conciencia política y sociocultural | Información desde Blog | Promover el conocimiento para el activismo político y sociocultural hacia la justicia de datos en la sociedad global. |
DIMENSIÓN 4: I8 (Stanford Students Data Carol Project) I9 (SHEILA project) | Uso ético de los datos educativos, apoyando el desarrollo institucional pedagógico y académico | Información basada en investigaciones para promover la formulación de políticas en relación con la gestión de datos educativos y analíticas de aprendizaje. | Website y documentos de trabajo del proyecto (Carol Project) Massive Open Online Course (SHEILA) | Promover enfoques éticos y participativos para el uso de datos educativos.. |
Lo que pude observar fue una cierta fragmentación en los discursos y enfoques del problema, con posiciones más orientadas a una mirada proactiva y convencida de la utilidad de los datos en las IES y la sociedad (iniciativas recogidas en las dimensiones 1 y 4) y un enfoque más orientado a la reacción, el activismo y la deconstrucción de la economía de vigilancia en las iniciativas recogidas en las dimensiones 2 y 3.
Mi conjetura principal, ante este escenario, es que necesitamos un modelo integrado y equilibrado para promover la justicia social a través de la educación. Por una parte, no podemos promover sólo una alfabetización técnica en datos para participar en nuevas formas de trabajo y compromiso cívico, sin activar una visión crítica sobre las formas en que las métricas son recogidas y procesadas a través de algoritmos. Por la otra, no podemos dejar de desarrollar competencias de elaboración técnica, estadística, computacional y gráfica de datos, pues es el adentrarse en estas prácticas que permite observar de cerca los mecanismos (y sesgos) de la sociedad datificada. La figura 1 muestra el esquema producido.

Aquí una infografía sobre el artículo.
Desde el concepto de Martha Nussbaum, un desarrollo humano socialmente justo requeriría un planteamiento complejo de la comprensión (hacia la apropriación, la resistencia, el activismo) de las prácticas basadas en datos.
Recomendaciones para el desarrollo curricular en la educación superior.
Como principal implicación para la investigación futura y para la práctica educativa (tanto el desarrollo curricular como el diseño del aprendizaje), estas cuatro dimensiones identificadas en el esquema deberían integrarse en programas de alfabetización en datos como catalizador de la justicia social.
Si bien la justicia social es un esfuerzo fundamental en la sociedad, la alfabetización en datos podría contribuir a promover espacios de oportunidad y expresión para todas las formas de diversidad humana, oponiendose o resistiendo a aquello que no representa dicha diversidad. Este es el caso de diseño y uso de algoritmos en varios sectores de servicios, en particular la salud, la educación, la asistencia social y la justicia. Formar de modo integral e interdisciplinaria a los estudiantes universitarios podría generar profesionales no sólo ténicamente sino éticamente bien preparados de frente a una industria cuyos modelos se basan cada vez más en formas de capitalismo de vigilancia.
No obstante, un programa imbricado en la Educación Superior podría abarcar activismos que prevengan los sistemas de datos mal definidos (incluso dañinos) que se hacen cada vez más visibles en nuestra sociedad cotidiana. De hecho, la alfabetización / competencia digital se ha convertido en una actividad intersectorial en la mayoría de las universidades, lo que lleva a actividades interdisciplinarias para desarrollar las alfabetizaciones necesarias para trabajar en entornos digitales. La alfabetización en datos debe considerarse no solo como parte de un programa de pre-grado relacionado con la ciencia de datos; o un debate sobre un problema social o político como parte de un curso (como “ética de los datos” o educación en medios). En cambio, los requisitos técnicos, éticos, estéticos y políticos necesarios para comprender el uso de datos en la esfera pública y privada podrían ubicarse estratégicamente en todo el plan de estudios y mediante intervenciones específicas que también tengan en cuenta el “panorama general” de las prácticas de datos, como supuestamente en nuestro esquema. La docencia en la educación superior podría considerar el uso general de las plataformas; datos abiertos dentro de los marcos de gobierno abierto y ciencia abierta; datos personales y las formas de cuantificación del yo; y datos educativos como experiencia más directa de los estudiantes en el uso de datos a favor o en contra de sus intereses.
En cada una de estas iniciativas, la imbricación de los componentes conduciría a una comprensión compleja del fenómeno, evitando las eventuales tensiones o contradicciones reveladas en nuestra exploración (como la connotación más positiva e ingenua/”techie” del uso de datos en algunos movimientos frente a la connotación bastante negativa de algunos movimientos críticos).
Por lo tanto a la pregunta ¿Es la educación y, más específicamente, las iniciativas de alfabetización de datos en la educación superior, un instrumento apropiado para promover la justicia social en un contexto de dataficación? responderíamos que puede serlo, sólo ante ciertas condiciones de planteamiento curricular y diseño educativo complejo e interdisciplinario.