Mis reflexiones sobre un taller virtual en la Conferencia OER20.

Nuevamente informando sobre una actividad que dirigí (con Javiera Atenas y Leo Havemann) en el congreso OER20 en su versión virtual debido a la crisis de COVI19. En otra actividad (ver post) en esta misma conferencia, reflexioné sobre los problemas que yo y el otra colega (Bonnie Stewart) enfrentamos debido al uso de las plataformas con todas nuestras preocupaciones sobre el seguimiento de datos. De hecho, estábamos discutiendo sobre la vigilancia basada en el trazado de datos en la sociedad y particularmente en la educación. Pero en este caso, el taller consideró la alfabetización de datos a través de diferentes lentes (aunque, en mi opinión en una perspectiva convergente).
El problema de los datos ha impregnado el tejido social de varias maneras. Como dije el año pasado, podemos presenciar relatos utópicos y distópicos sobre datos en estos días. Un buen ejemplo es la necesidad de cooperación entre investigadores sobre Open Data, como una utopía muy necesaria en tiempos de pandemia COVID19, cuando las comunidades científicas tienen que cooperar rápida y eficientemente para alcanzar una cura, una vacuna, tratamientos asequibles y estrategias para la atención de la salud. Esto representa con seguridad un espacio donde la alfabetización en datos de los investigadores es muy necesaria: no solo la alfabetización técnica para leer datos, sino también las habilidades profesionales de colaboración sobre el intercambio de datos, la interpretación y la organización para que el equipo trabaje en torno a los datos científicos recopilados; y habilidades éticas para comprender los límites del intercambio de datos, cuando se trata de la privacidad y la vida humana. La distopia asociada al uso de datos datos tiene que ver con el problema de la “vigilancia” (o “dataveillance”, en el neologismo acuñado en inglés) como sistemas para controlar a través de teléfonos móviles e Internet de las cosas ubicadas en ciudades inteligentes, el comportamiento “correcto” de las personas sometidas al confinamiento. La educación, en ese escenario, no se escapa: recomiendo la publicación de blog de Ben Williamson sobre ese tema, construida sobre la base de su continua revisión de la vigilancia de datos en educación (aquí mi granito de arena, un post que traduce y comenta dicha publicación).
Pero, ¿qué pasa si pensamos en la “necesidad desesperada” de datos faltantes, como se argumenta en este artículo del New York Times intitulado “The Pandemics’ Missing Data“, o “los datos faltantes de la pandemia”). La necesidad de datos relacionados con aspectos raciales y étnicos parece ser una cuestión fundamental para respaldar la cura bien focalizada, la prevención y el apoyo socio-económico. Como queda reflejado en el del artículo:
Estos datos son fundamentales para comprender la injusticia y garantizar la salud óptima de las personas, pero faltan gravemente en esta crisis: faltan en los sitios web del departamento de salud, actualizaciones diarias de los líderes políticos y, hasta hace poco, en las noticias.
Por lo tanto, parece haber tensiones conflictivas que deben explorarse, y ese fue el núcleo de nuestra propuesta en el taller.
Planteamos una serie de preguntas para abrir y generar una sensación de perplejidad que ya trajimos con nosotros, una sensación que motive a seguir explorando soluciones:
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¿Qué apertura? La apertura está cargada de significados positivos en el campo de la educación abierta, pero ¿implicaría falsas promesas en el caso de los datos abiertos?
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¿Qué datos? ¿Podemos realmente mezclar la bondad incrustada en las muchas “aperturas” en la sociedad (Gobierno Abierto, Ciencia Abierta, Educación Abierta, publicación de Acceso Abierto) con la mala reputación que tienen los datos en estos días?
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¿Que cuidado? ¿Realmente podemos hablar sobre el cuidado (parafraseando el tema principal de la conferencia “Care in Openness” (cuidado en la apertura) y el doble sentido de la palabra cuidado en inglés (cuidado y atención sanitaria). ¿No estaríamos mezclando nuevamente las connotaciones positivas del cuidado/atención (particularmente las que se dan en esta conferencia “La atención en la apertura”) con las connotaciones conflictivas que poseen los datos?
Asumimos la carga de este complejo campo semántico, sin promesas ambiciosas.
Nosotros (yo, Javiera y Leo) intentamos explorar el potencial educativo de Open Data como motor del diálogo interdisciplinario en el diseño del aprendizaje y las prácticas pedagógicas. Ofrecimos instrumentos para diseñar intervenciones educativas (más bien, una simple exploración y discusión sobre el potencial de los datos abiertos como recursos educativos abiertos) en dos fases simples:
1- Una introducción conceptual (¡pero dialógica!)
2- Un ejercicio “práctico”
El entorno virtual utilizado fue Blackboard Collaborate, organizado y respaldado por ALT y el Comité OER20. En estas condiciones, 73 participantes (asistentes a la conferencia y participantes externos) tomaron parte en la actividad. Los participantes que expresaron sus situaciones geográficas (cuando se presentaron a través del chat en el entorno virtual de la conferencia) mostraron diversidad, aunque la mayoría de ellos provenían del Reino Unido, de otros lugares de Europa y algunos de América Latina.
Tan rápido como pudimos, escribimos nuestras reflexiones y publicamos el conjunto de datos con las interacciones.
En resumen, la idea era que las habilidades desarrolladas en la educación superior deberían trascender el aula para comprender la información en la sociedad. Los estudiantes y docentes de educación superior podrían contribuir a generar prácticas democráticas informadas y transformadoras, así como al diálogo que capacite a los ciudadanos para abordar las preocupaciones de justicia social sobre el uso de datos.
Sin embargo, resulta evidente que no podemos entender la naturaleza de las prácticas de uso de datos si no nos involucramos con ellas. Un punto de partida es adquirir las habilidades técnicas para explorar, reconocer, leer y elaborar datos, aún cuando se considere la cuestión técnica un tabú. Habilidades que van inmediatamente seguidas por la capacidad de incorporar los datos en narrativas complejas, reconociendo la cuantificación y sus representaciones como un proceso semiótico, de varias capas.
De esta conceptualización pasamos a una “Expedición de datos abiertos” como actividad práctica, para ayudar a los docentes a considerar qué oportunidades educativas podía haber en los repositorios de datos abiertos. Esta actividad fue en realidad una breve actividad práctica para entender, para profundizar las muchas dificultades encontradas al enfrentar a la “bestia” de datos. Teniendo además en cuenta que los datos de gobierno en abierto y los datos de investigación en abierto son públicos, han sido seleccionados y compartidos con el propósito de su uso. ¿Qué pasa con las tensiones generadas por los datos privados recopilados por empresas privadas, como parte de una especie de iceberg?
Los participantes reconocieron en primer lugar los diversos problemas en el tratamiento técnico de los datos, como educadores; pero señalaron así mismo, todas sus preocupaciones sobre el uso ético de datos. En especial, consideraron que el espacio protegido del aula es el mejor para exponer a los alumnos a la comprensión de los mecanismos de elaboración de datos y su traducción en servicios o recomendaciones gobernadas por algoritmos. Utilizamos un par de imágenes para reflexionar sobre la exploración y el uso de datos en la educación, en un intento de apuntalar el compromiso de los participantes con considerar prácticas pedagógicas relacionadas con dicho aspecto. Vemos abajo el gráfico a cuadrante que presentaba dichas tensiones

El debate fue rico y las limitaciones de tiempo nos impidieron (a todo el grupo, presentadores y participantes) darle una vuelta más al sentido de lo que había surgido en la sesión. Sin duda, la idea detrás de muchos de los comentarios fue que el desarrollo y la participación del profesorado son cruciales, ya que las alfabetizaciones de datos necesitan esfuerzos disciplinarios y pedagógicos para innovar en el diseño curricular y de aprendizaje.
Apoyar la conciencia y las prácticas del profesorado para dar forma a enfoques críticos y éticos de los datos implica cuidar los espacios de diálogo en la coyuntura de las necesidades técnicas y sociales. Es decir, cuidar el pensamiento interdisciplinario y comprender las diferencias entre “Psique y Tekné”, basándose en la conceptualización de Umberto Galimberti del problema del equilibrio entre ética / ciencias sociales y avance tecnológico.
Toda mi gratitud a los colegas que participaron en el taller, por ayudar a avanzar la reflexión educativa sobre la alfabetización de datos en HE.
Details about the workshop:
- Una sesión de taller ofrecida en la conferencia OER20 [en línea]
- https://oer20.oerconf.org/sessions/o-060/
- Miércoles 1 de Abril de 2020
- Tema: Open education for civic engagement and democracy
- Acceso a la Sesión grabada (en inglés).