El evento ha sido promovido en vistas de la presidencia austriaca del Parlamento europeo durante la segunda mitad del 2018 (Austrian EU presidency). He escuchado decir al funcionario europeo Jean-Claude Burgelman que el interés sobre el programa H2020 sobre las iniciativas de ciencia abierta posee la más alta prioridad.
Además de las presentaciones que naturalmente no podían faltar sobre el plan de acción para la ciencia en abierto, y particularmente su eslabón más importante de los #datosabiertos (¡sí, seguimos hablando de datos!) se asistió a una serie de casos que ponen en evidencia el avanzado estado del trabajo en algunos sectores, como las ciencias de la tierra (Wolfgang Wagner, Head of Department of Geodesy and Geoinformation TU Wien), las áreas de salud (Erik Steinfelder, Director General at BBMRI-ERIC, Graz), las humanidades digitales (Günter Mühlberger, Coordinator READ Project, University of Innsbruck) y la gestión misma de los datos como una actividad que permite distintos modelos de negocios (Barbara Sánchez, RDA Austria, TU Wien). Mientras me desesperaba porque el área de las ciencias sociales parecía no llegar y la jornada se presentaba muy dura en cuanto a carga informativa, se presentó para mi alivio el proyecto de trabajo del AUSSDA (Lars Kaczmirek, Head of AUSSDA, University of Vienna). Con extremo placer pude asistir a un proyecto avanzado sobre una organización de infraestructuras a nivel nacional, que apoyan la publicación en abierto y fundamentalmente los datos abiertos del sector de educación. Adoptando la plataforma de Harvard Dataverse (¡ups! …tecnología americana…llego siempre a ese punto en mi exploración de la ciencia en abierto) se están ocupando de mejorar la calidad de los objetos y metadatos en el área (pues una cosa es compartir material disparatado, y otra es editarlo, trabajar en base a ontologías y tesauros que permitan su clasificación, categorización y navegación). Mi ojito se deslizó con felicidad hacia una de las diapositivas donde ¡milagro! uno de los objetos era justamente del área de ciencias de la educación, pero mi olfato me permitió imaginar que la educación no estaría entre las prioridades del database, cosa que me fui a comprobar con una navegación y que confirmó mis sospechas. Para quien tenga curiosidad: visitar el Open Data repository AUSSDA y luego insertar la palabra clave de búsqueda “educat*” OR “learn*”. ¡Atención! La palabra aprendizaje nos lleva rápidamente hacia el área de la “Computer Science” y sus “learning machine”. En efecto, en esta área son numerosísimos los dataset creados con el propósito de trabajar en desarrollos de Inteligencia Artificial. Sin embargo, para cerrar mi comentario sobre el caso de los datos abiertos en la investigación social en Austria, de notable calidad e interés no sólo el trabajo de articulación de infraestructura y de edición de los metadatos y objetos, sino también, las aplicaciones para el uso de datos, en particular la preparación de datasets como recursos educativos abiertos (área de ciencias jurídicas por ejemplo).
Dios existe y es bueno: las ciencias sociales no han faltado al llamado de guerra de “¡Abrid vuestros datos, soldados de la investigación!”. Y que ya tendríamos que tener en cuenta que según el funcionario de la Comisión Europea, después del 2020, no open-data, no cost-eligibility. En otras palabras, si tus datos no están abiertos, pues nada de dinero por tu trabajo. Yo empezaría a preocuparme.
Una de las mayores preocupaciones de este evento ha sido la cuestión de las eInfrastructures necesarias para mantener la ciencia en abierto. Y no es para menos: a las puertas de la conclusión del período Horizon 2020, el horizonte de financiaciones de la investigación europea se renegociará. Las infraestructuras requieren, por el momento, una suma y un apoyo europeo consistente. Sin embargo, emergieron con claridad mis “variables amigas” (o sea de las que me ocupo yo en mi tarea de investigación, jeje): el cambio cultural y el desarrollo de carrera del investigador. Muy bien afrontado por el EOSC-Hub, se ha tratado por ahora de ofrecer información y una serie de instrumentos y casos a los investigadores, para abrazar el paradigma “Open Science/Open Data”. Sin embargo, cuando ya lo estaba por preguntar yo, varios colegas se anticiparon y comentaron:
- Que nadie abrazará este paradigma si no habrá un profundo cambio cultural en las organizaciones, respecto a los conocimientos que deben circular para poder convertirse en un Open scientist. En particular, la necesidad de concordar en criterios y metodologías para compartir datos. Ya. Hablemos de metadatos.
- Que menos que menos nadie abrazará el paradigma si la carrera del investigador seguirá avanzando en base a los notorios índices bibliométricos de productividad.
Bueno, “reiventing the Wheel”…nada nuevo bajo el sol, si no hay incentivos de sistema, pues no habrá intención de cambio. Claro que la políticas cada vez más decididas y restrictivas (o publicas o no te pago “no cost eligible”) darán un necesario marco.
No faltó en la discusión un importante preocupación por las diferencias de comportamiento entre los varios sectores disciplinares, con áreas muy avanzadas como la investigación aero-espacial o las ciencias de la tierra y la genómica y otras tan, tan, tan atrasadas, que no fueron ni mencionadas.
Amigos míos, sí, hablo de nuestra querida investigación educativa.
Allá me fui con todo mi entusiasmo a preguntarle a una de la funcionaria de EOSC-Hub (¡cuyo nombre omitiré por la naturaleza del comentario que hago!) que con comprensión me dijo “a qué le llamas datos de investigación educativa” y luego, al yo responderle, evaluó “pues es demasiado temprano para pensar en datos abiertos –y sobretodo en estructuras de datos y metadatos-. Lo que me ha dejado pensando. No es que tenemos que dejar todo aquí y abandonar la utopía. Por ahora, estamos en el nivel de publicar lo que tenemos y dónde podamos …bueno, muchos de nuestros datos abiertos se perderán en redes sociales académicas cuya casa física está en los US, pero vamos, lo importante es practicar, por ahora.
Ya tendremos tiempo de discutir casísticas y de articular nuestros esfuerzos en estructuras nacionales y supra-nacionales. Lo que no tenemos que hacer, sin lugar a dudas, es pensar que “eso de la Open Science es para otros”. Pues llegará a la investigación educativa: ya estamos bien datificados y los “bosques de datos” empiezan a crecer sin control. Así que esos datos nos arrollarán con la fuerza de un tsunami. Y nosotros ahí, sin imaginarnos que llegaría.